Una vez que un inmigrante se convierte en residente permanente, o como en nuestro caso, si llega al país siendo residente permanente, comienza a disfrutar de beneficios muy satisfactorios.



En mi opinión, el principal es la cobertura de salud, excluyendo dientes, ojos y medicamentos. Importante acotarlo.
La tranquilidad de saber que tienes a disposición ecosonogramas, radiografías, médicos, enfermeras, intervenciones quirúrgicas necesarias, exámenes de laboratorio, y la disponibilidad de un médico de familia a una llamada de distancia, es incomparable.



¿Todo eso es gratis? no. Lo pagamos con nuestros impuestos. Pero he ahí la belleza del asunto: saber que el dinero que pagas está siendo bien empleado.
Luego vamos con la Asesoría:
El gobierno canadiense patrocina asociaciones sin fines de lucro y hace alianzas con instituciones educativas para que asesoren y capaciten a los residentes permanentes de acuerdo a sus necesidades de forma gratuita.



Algunos de los servicios que están a disposición del residente permanente son: ayuda para buscar empleo, prácticas para entrevistas de trabajo y cursos cortos de actualización.
En mi caso, he aprovechado al menos cinco cursos cortos y un entrenamiento largo que habria costado CAN$10,000!!
Otro servicio que mencionaré solo por encimita porque merece un artículo completo para ella sola, es la tarjeta de la biblioteca pública:



Las bibliotecas públicas de Canadá son más que bibliotecas. A mí se me asemejan a una casa club donde vas a relajarte, entretenerte, informarte. Entras por un libro y te quedas por más.
Tienen actividades para niños y adultos, exposiciones de arte, talleres de preparación o asesoría, puedes imprimir, sacar copias, si no tienes laptop te la prestan, tienen computadoras a disposición, y wifi por supuesto.
Ahora hablemos de entretenimiento:
Canadá brinda la oportunidad de hacer cientos de actividades gratuitas, y muchas con costo. Ahora bien, si eres un residente permanente y no tienes presupuesto para actividades de recreación o entretenimiento, la ciudad (algo así como la alcaldía, el gobierno) te da una tarjeta de recreación para que vayas a los centros comunitarios que tienen espacios para deportes, gimnasios y piscinas, y pagas una pequeñísima parte de lo que cuesta al público en general.



Y para culminar este artículo que me quedó como que un poco largo, te cuento del vestuario.
Sí, Canada brinda vestuario gratuito a los residentes permanentes que lo necesiten. No es para ir a pedir a cada rato, pero sí al menos dos veces al año.



¿Cómo es esto?
Hay asociaciones sin fines de lucro que se encargan de pedir donaciones de ropa nueva y usada en buen estado, las mandan a tintorería, la seleccionan para ver que estén en excelentes condiciones, y las exhiben en sus establecimientos.
Una vez que has hecho tu cita para ir por tu vestuario, el día de la cita te va a recibir una de las asistentes, que te va a preguntar qué tipo de ropa te gusta, colores, estilo, talla, y va a ir como si fuera tu compradora privada a buscar varios cambios de ropa que te pudieran gustar.



Luego tú vas a poder ir a elegir por tu cuenta, te pruebas en los probadores, y eliges al menos 5 combinaciones de blusa, pantalón o falda, vestidos, al menos 2 pares de zapatos, y hasta accesorios para combinar.
¿Asombroso, verdad?
¡Todo eso es Canadá!